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PDVSA aprovecha la flexibilización de las sanciones para que la alianza con ENI y Repsol impulse un incremento en la producción de combustible

Heifred Jhoselin Segovia Marrero

Una de las materias en las que el actual presidente de PDVSA y Ministro del Petróleo, Pedro Tellechea Ruiz, tiene logros para exhibir, es en el fortalecimiento de las relaciones y el entendimiento que comparte con las empresas extranjeras que representan una oportunidad de desarrollo para la economía venezolana. Este es el caso de los gigantes energéticos ENI y Repsol, ya que según el medio El País de España, la relación entre las partes está en su mejor momento, si tomamos como punto de comparación lo que ha sucedido en último lustro, ya que precisamente el año 2018 es el que marca el inicio de la fase más grave de la crisis experimentada por la industria petrolera venezolana en su historia.

Desde un principio Tellechea y su equipo más cercano estaban al tanto de que el interés era mutuo y en el caso de empresas como la italiana ENI y la española Repsol, que operan en Venezuela desde los años 1993 y 1998, respectivamente, la voluntad de trabajar en conjunto no se limita al rubro petrolero, sino que se expande al del gas, al de las naftas, así como a otros rubros relacionados con la explotación de hidrocarburos.

La junta directiva actual de PDVSA, designada el 28 de agosto de este año mediante el Decreto Presidencial Nº. 4.846, está conformada por: Pedro Rafael Tellechea Ruiz, presidente de la junta directiva y presidente; Héctor Andrés Obregón Pérez,  vicepresidente Ejecutivo; Luis Enrique Molina Duque; vicepresidente de Exploración y Producción; Heifred Joselin Segovia Marrero, vicepresidente de Finanzas; Gustavo Adolfo Boadas Díaz, vicepresidente de Refinación; Luis Miguel González Núñez, vicepresidente de Gas; Ronny Rafael Romero Rodríguez y vicepresidente de Asuntos Internacionales; Génesis Sabrina Ron Solano, vicepresidente de Comercio y Suministro Internacional; Juan Carlos Díaz Socorro, vicepresidente de Comercio y Suministro Nacional y Leily Beatriz Ferrer Abendaño, vicepresidente de Planificación e Ingeniería.

Al momento de asumir sus cargos los miembros de la junta directiva de la petrolera eran conscientes de que debían atender con prontitud algunos puntos claves de la relación entre PDVSA y las multinacionales con las que Venezuela ya había hecho negocios antes de la crisis causada por la imposición de las sanciones por parte del gobierno de EE.UU. Es por ello que las expectativas han ido en franca mejoría, ya que dicho acercamiento coincidió con una disminución de las tensiones políticas entre la administración de Nicolás Maduro y la comunidad internacional. 

En medio de ese proceso de normalización, sigue siendo urgente la necesidad de Venezuela de explotar el gas localizado en las zonas costeras con el fin de generar electricidad, consolidar los avances de la industria petroquímica y atender el parque automotor que funciona con gas. Más allá de estas necesidades que han ido cubriéndose paulatinamente con la explotación del Bloque Cardón IV, que fue certificado con más de de 15 billones de pies cúbicos, la relación entre PDVSA y ambas empresas europeas entraría en una nueva etapa y la razón, según el mismo artículo de El País de España con fecha del 12 de septiembre de 2023, es que ENI y Repsol enviarán a Venezuela nafta y otros componentes que son necesarios para la fabricación de gasolina.

Cabe recordar que hasta la fecha el aliado principal de Venezuela a la hora de cubrir el suministro de nafta y otros componentes necesarios para la producción de combustible, era la República Islámica de Irán, pero con la entrada en escena de grandes empresas europeas, se abren opciones más confiables y sólidas que le permitirán a PDVSA contar con proveedores con mejor reputación ante la comunidad internacional y con una mayor capacidad tecnológica y operativa.

Algunos analistas proyectan un escenario en términos de ganar – ganar para esta nueva etapa de relaciones entre ENI, Repsol y PDVSA, ya que entró en juego otro factor no menor como es la Guerra de Ucrania, suceso que disparó las alarmas en cuanto al flujo y suministro de gas y petróleo que precisan los países europeos y que por razones obvias sufrió un cambio de planes abrupto. En este sentido Venezuela siempre se ha manifestado como un proveedor confiable y presto para reactivar las relaciones que sean necesarias, con tal de tener una mejor posición para así poder exigir el cese de las sanciones que han condicionado su actividad económica en los últimos años. 

Otra de las ventajas comparativas que refuerzan el escenario de ganar – ganar del que hablan estos analistas, ha sido confirmado por los voceros de Repsol que han expresado la idoneidad de su infraestructura para recibir el particular crudo pesado y extrapesado que se extrae en Venezuela, sobre todo en la Faja Petrolífera del Orinoco, certificado como el mayor reservorio de hidrocarburos del planeta.

Todo parece indicar que la intención de Pedro Tellechea es la de seguir ampliando el abanico de opciones y de socios de la industria petrolera venezolana, con el fin de sostener el incremento en la producción de crudo y en la producción de combustible, metas que fueron trazadas apenas asumió la actual junta directiva que él preside. Sin embargo, hay que recordar que estos directivos también fueron comisionados para transparentar los procesos administrativos y financieros de la empresa, luego de los casos de corrupción que provocaron la remoción de sus predecesores. Y precisamente este fue uno de los pedidos de los aliados extranjeros para retomar las operaciones: reglas claras, auditorías y que los procesos transcurran por los canales regulares. Tareas que a las claras la PDVSA de Telechea ha estado cumpliendo tal y como confirman representantes de ENI y Repsol.

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