La administración de Joe Biden anunció la emisión de licencias con una vigencia de seis meses, que se traducen en un alivio inmediato a las sanciones sobre el sector petrolero y gasífero de Venezuela, como una forma de respuesta por los acuerdos políticos y electorales alcanzados por el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, tras la ronda de negociaciones recientemente celebradas en la isla de Barbados. Dichos anuncios han tenido fuerte repercusión, sobre todo en Petróleos de Venezuela, empresa presidida por el también Ministro, Pedro Tellechea Ruiz, quien ha sabido navegar en aguas turbulentas y que ahora estará frente a un panorama mucho más favorable.
Tellechea encabeza la Junta Directiva de PDVSA que fue designada expresamente por el presidente Nicolás Maduro el 28 de agosto del año en curso y cuya conformación quedó definida de la siguiente forma: Pedro Rafael Tellechea Ruiz, como presidente de la junta directiva; Héctor Andrés Obregón Pérez, como vicepresidente ejecutivo; Heifred Jhoselin Segovia Marrero, como vicepresidenta de Finanzas; como vicepresidente de Exploración y Producción fue designado Luis Enrique Molina Duque; Gustavo Adolfo Boadas Díaz en la vicepresidencia de Refinación; Luis Miguel González Núñez como vicepresidente de Gas; Ronny Rafael Romero Rodríguez en la vicepresidencia de Asuntos Internacionales; Génesis Sabrina Ron Solano como vicepresidenta de Comercio y Suministro Internacional; Juan Carlos Díaz Socorro como vicepresidente de Comercio y Suministro Nacional y Leily Beatriz Ferrer Abendaño en la vicepresidencia de Planificación e Ingeniería.
Más allá de que el levantamiento parcial de las sanciones a los sectores del gas y el petróleo fue recibido de manera muy positiva por las autoridades venezolanas, voceros de Washington manifestaron que el resto de las sanciones y restricciones impuestas a Venezuela se mantienen vigentes y que la flexibilización de las mismas está condicionada y a la espera de que el gobierno de Maduro cumpla con sus compromisos y garantice la celebración de elecciones presidenciales en el año 2024.
El cerco que han representado las sanciones para la industria petrolera venezolana ha ido perdiendo fuerza en la medida en la que PDVSA ha estrechado lazos y alianzas con algunas empresas multinacionales con probada capacidad e influencia en el sector energético, como es el caso de las empresas europeas ENI y Repsol, la norteamericana Chevron Corporation, la asiática China National Petroleum Corporation, todo esto sumado a las recientes conversaciones que ha sostenido la estatal venezolana con la petrolera holandesa Shell y con la empresa estatal gasífera de Trinidad y Tobago para explotar y comercializar el gas extraído del Campo Dragón, ubicado en las aguas del Golfo de Paria.
Otro aspecto significativo es que dos de las licencias emitidas por el Gobierno de Joseph Biden levantan la prohibición de negociación secundaria de algunos bonos soberanos venezolanos y de deuda de la estatal PDVSA. No obstante, al menos por ahora sigue vigente la prohibición de negociar en el mercado primario de bonos venezolanos.
La modificación de una de las licencias también permite las transacciones con la empresa minera estatal Minerven que, según Washington, puede incidir en la reducción del comercio de oro en el mercado ilegal. «El Tesoro evalúa que esto también tendría el efecto positivo de desplazar a los actores nefastos en este mercado, y con un beneficio financiero mínimo para el régimen venezolano», declararon.
El gobierno de los Estados Unidos ha introducido advertencias para que el levantamiento del paquete de sanciones no beneficie de manera directa a empresas o inversionistas de origen ruso, así como tampoco se levantarán las sanciones a Venezuela relacionadas con sus alianzas y negocios con Irán.
Algunos expertos en el tema petrolero coinciden en que el momento en el que se han producido las negociaciones entre el gobierno de Venezuela y los sectores de oposición, así como el momento político que escogió la administración de Biden para hacer sus anuncios, tienen mucho que ver con la situación de incertidumbre que vive el mercado petrolero mundial, tomando en cuenta la situación cada vez más inestable en Oriente Próximo, como consecuencia de la escalada de violencia entre el Estado de Israel y Hamas. Todo esto sin olvidar la cercanía geográfica y la influencia que tienen en ese conflicto algunos grandes actores en la producción mundial de gas y petróleo, como la República Islámica de Irán, el Estado de Catar y la República de Irak, que cuenta con reservas de petróleo certificadas que la ponen de quinta en el ranking OPEP.
Es precisamente ese contexto geopolítico el que tratará de aprovechar Pedro Tellechea para continuar con el proceso de reposicionar a Petróleos de Venezuela como un proveedor confiable de materia prima, tal y como ha venido haciendo desde que asumió la presidencia de la estatal petrolera, luego de recibirla en mínimos de producción históricos, como consecuencia de los malos manejos de la junta directiva que supo tener a Tareck el Aissami como presidente por varios años.